Hoy vamos a contarte qué consecuencias tiene el abuso de estas bebidas azucaradas. Este tipo de bebidas , están endulzadas con el equivalente a 16 sobres de azúcar, por tanto, la pregunta es la siguiente: ¿a que no te comerías 16 paquetes de azúcar? entonces ¿por qué te los bebes?.
Por más atractivos que los mismos se vean pueden tener grandes consecuencias para nuestro organismo y no deberíamos excedernos con los mismos. Consumir diariamente un refresco azucarado podría provocar un incremento de 6’75 kilos al año, si se toman más al día el aumento de peso es mayor. Lo primero que debemos tener en cuenta es que las mismas contienen altas cantidades de azúcar que tiene una serie de efectos en el organismo, aunque, las que contienen edulcorante tampoco se quedan atrás, solamente traen consecuencias diferentes, aunque igual de malas.
El consumo de estas bebidas causan todo tipo de problemas de salud, obesidad, diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares… explican que este tipo de bebidas no deberían formar parte de la dieta diaria y consideran que muchas personas no saben la cantidad de azúcar que consumen al tomar un refresco, Es una ingesta masiva de calorías vacías y no aportan nada bueno.
Los refrescos azucarados contienen en su fórmula ,jarabes de glucosa e infinidad de azúcares refinados que el organismo asimila muy rápidamente. Esto hace que nuestros niveles de glucosa aumenten en un corto período de tiempo, y como nuestro organismo no puede asimilar tanta cantidad, se acumula formando grasas. Otra consecuencia es que al consumirlas se desprende una hormona que nos causa placer y una vez que nuestro organismo se habitúa ,se desarrolla una dependencia y necesidad de ese tipo de nutriente
Por otro lado, en el caso de los refrescos edulcorados, aunque no contienen azúcar, tienen otros químicos que tampoco son buenos. Al no ser una sustancia natural puede tener un efecto acumulativo en el organismo y generar problemas a la larga. Otra repercusión es que muchos de estos refrescos contienen fenilalanina, una sustancia que en abuso puede acabar generando en nosotros un efecto laxante.
Debemos considerar a los refrescos como algo ocasional, una bebida esporádica en nuestra dieta. Beber agua en la comida es el primer paso para equilibrar la dieta. Además de quitarnos de en medio unas cuantas calorías, no sobrecargamos el organismo con azúcar.
Y no solo los refrescos con gas son azucarados, mucho zumos llamados “naturales” contienen también azúcares añadidos .Esto es algo que hay que tener muy en cuenta.
No es mi intención prohibir ciertos alimentos o bebidas de la dieta, pero si hay que concienciar de que el agua debe ser nuestra bebida mayoritaria. Dejando las bebidas azucaradas o con alcohol como algo esporádico (2-3 veces por semana)
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